viernes, agosto 20

Ahora le toca a España



Hace unos años, selecciones como Yugoslavia o la Unión Soviética orbitaban inaccesibles para el baloncesto español, aunque en Los Angeles viviéramos una fenomenal excepción. Pero cuando el azar nos colocaba a estos bichos como compañeros de cama en Mundiales, Juegos Olímpicos y Europeos, ya contábamos el partido como una derrota el mismo día del sorteo. Hacíamos cábalas de antemano. Mañana, en cambio, afrontamos a Serbia, heredera yugoslava, como favoritos indiscutibles. La derrota sería una sórpresa. Vaya giro extraordinario éste para quienes antes nos conformábamos con aguantar las opciones hasta los cinco últimos minutos. En ese punto, Sabonis, Petrovic y compañía se enchufaban al partido, apagaban la luz y nos dejaban con cara de tontos, sin más aspiración que la de cosechar una derrota digna y decorosa. Italianos y argentinos, por tanto, deben estar contentos: aguantaron el tirón bien, muy bien. La rueda gira, y a España ahora le toca disfrutar de las alturas. Que no se rompa.