lunes, julio 19

Phelps confirma que va a por ocho

Una semana y 17 zambullidas después, el jovencito Phelps, el niño prodigio, la bala de Baltimore, nos sacó a todos de dudas. A los que esperaban grandes cosas y a los incrédulos. Salió reforzado de la piscina móvil de Long Beach, y eso que se dejó dos finales en el camino por el empuje del "poder texano". Pero dicen los que entienden de esto que es más difícil ser tercero en los trials que ganar el campeonato de Europa.
 
Así que el niño, la bala, el torpedo, el pez o como queramos llamarle se clasificó en California para disputar seis pruebas individuales en Atenas: 200 y 400 estilos, 100 y 200 mariposa, 200 libres y 200 espalda. El calendario de los Juegos, no obstante, le ha recomendado renunciar a esta última distancia (una de las dos en las que fue segundo)  ya que le obligaría a nadar cuatro veces en apenas 48 horas. Demasiado tute, incluso para Phelps, que participará por tanto en cinco pruebas individuales y, casi seguro, en tres relevos (4x100 y 4x200 libre y 4x100 estilos). Total: ocho oros en juego. Aún puede sobrarle uno para embolsarse el millón de euros con el que le incentiva su patrocinador Speedo.

Las pruebas en las que se le augura más sudor son los 200 espalda, en la que le esperan Thorpe y Van den Hoogenband, y los 100 mariposa, en la que los trials le han deparado una nueva derrota frente a Ian Crocker. Y eso que hemos leído que Phelps, para motivarse, colocó en su dormitorio una foto de Crocker exultante con aquel oro que le arrebató en el Palau Sant Jordi de Barcelona ¿Fijación? Al fin y al cabo, la diferencia entre igualar y superar a Spitz puede encontrarse en esta medalla. La profanación va tomando cuerpo. Pasan 32 años desde Múnich 72. El mes que viene puede que aquellos Juegos queden aún más lejos.

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-As: El momento Kodak de Mark Spitz